Mucho se lee últimamente sobre la gratitud. Se nos invita constantemente a ser agradecidos con nosotros y lo que nos rodea. Sin embargo, si no estamos familiarizados con esta idea al principio nos puede parecer innecesaria. Pero si somos realistas, ¿cuánto nos quejamos y cuánto agradecemos en el día? Cortar el hábito de la inconformidad constante va de la mano de adquirir el hábito de la gratitud.
La gratitud es una práctica que exterioriza lo que sentimos interiormente. Nos damos el permiso de escribir o decir aquello de lo que estamos agradecidos hoy. Es importante porque funciona como un recordatorio simple pero poderoso de lo afortunados que somos.
Por la rapidez de nuestras rutinas se nos pasa de largo el momento de pausa que nos permite apreciar lo que nos hace bien. Es un hábito moderno enfocarnos en la queja y en lo que nos falta, en vez de apreciar todo lo hermoso que nos rodea.
Te invito a que reflexionemos juntos: ¿tenés un hogar que te protege? ¿ropa que te abriga? ¿comida que te llena? ¿La posibilidad de ducharte a diario? Damos por sentadas actividades que no todos pueden disfrutar. ¿No crees que es necesario apreciar y agradecer todo esto que tenemos?
Existe la creencia de que agradeciendo atraemos más de lo que queremos. Más allá de la creencia, comenzar agradeciendo nos cambia el enfoque de nuestro día, estamos abiertos a que nos sucedan cosas buenas, a no dimensionar esas pequeñeces que antes nos cambiaban el humor. ¿La vida nos tiene que quitar para valorar?
En lo simple muchas veces está la felicidad. En el abrazo de los que queremos, en la
comida casera, en la risa con amigos, en disfrutar de alguna actividad que me desenchufe como leer un libro o mirar una serie. Adquirir el hábito de la gratitud nos conecta con el hoy, nos permite ser más conscientes y felices con nuestras experiencias tal como son.
A continuación, te dejo dos ejercicios sencillos que te ayudarán a trabajar la gratitud en tu vida:
1- Llevar un diario de gratitud. En mi caso, tengo una libreta en la mesa de luz y antes de dormir, escribo sobre las personas, actividades y experiencias del día por las que me siento agradecido. A su vez, me permito regalarme ese espacio para seguir escribiendo si lo necesito, muchas veces he logrado muy buenas reflexiones y he encontrado respuestas a través de este ejercicio. Lo increíble de llevar un diario de gratitud es que cuando no te sientas muy bien puedes recurrir a él y leer todos los motivos que te despertaron felicidad y plenitud en el pasado reciente. Muchas veces tenemos la habilidad de olvidarnos muy rápido de lo que nos hizo sentir bien.
2- Que agradecer sea lo primero de tu rutina. Yo aconsejo cambiar el nombre de la alarma por “gracias”. Eso se convertirá en lo primero que vas a leer en las mañanas. Este simple ejercicio cambia nuestra energía al despertar. Yo soy fan de las afirmaciones positivas y una que me gusta repetir es: “Todo está bien en mi mundo, gracias”. Al principio, repetir afirmaciones puede resultar insuficiente, pero a la larga lo que repetimos es lo que nuestro subconsciente acepta como verdadero. Es decir, con este simple ejercicio estamos cambiando nuestro diálogo interno por uno más consciente y optimista.
La gratitud es una herramienta poderosa y súper sencilla que puede lograr grandes cambios en la forma en la que percibimos nuestra realidad.
Si necesitás una guía más detallada, en mi Instagram (@alfocuello) pueden descargar un
plan gratuito llamado “7 días de gratitud”, con preguntas que nos acompañen a adquirir
este hábito.